Es martes y...
Alberto Garzón, una de las pocas mentes lúcidas que nos quedan por estos lares de miseria moral, compartió, no hace mucho, la vivencia de un profesor de la Universidad de Salamanca que produce vértigo.
Resulta que, año tras año, el primer día de clase realizaba siempre las mismas preguntas a sus alumnos y, curiosamente, casi siempre obtenía las mismas respuestas. Las cuestiones venían referidas a los peores gobiernos del mundo y el nombre de sus dirigentes. Rápidamente, saltaban a la palestra Cuba, Venezuela, Castro o Maduro. Sin embargo, ninguno de ellos había visitado esos países situados a miles de kilómetros, ni había indagado en exceso sobre los mismos.
Inmediatamente, el profesor les preguntaba por el nombre del presidente portugués, y, a pesar de lindar con Salamanca y de que la mayoría de los alumnos había estado en Portugal, obtenía un silencio por respuesta. Tras una pausa meditada, les lanzaba la siguiente reflexión: "¿Quién está pensando por vosotros?".
No se trata de juzgar las miserias y grandezas de cada nación, no es una cuestión de compartir o rechazar su forma de actuar. Basta, tan solo, con depurar y contrastar la información, que acostumbra a llegar amputada y con ganas de infectar.
Que no te vendan la moto de buenos y malos. Que no te cuenten la historieta del paraíso feliz. Que no te domen a base de zanahoria y palos. Que no te ganen la partida de pensar por ti.
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