martes, 25 de febrero de 2014

Los miserables

Es martes y...

"Rojo, la sangre del valor. Negro, la vieja sociedad. Rojo, un nuevo amanecer. Negro, la noche que se va"

La alianza entre su dictado y nuestro miedo ha llegado a su fin. La guadaña invisible que recorre nuestras calles, y maniata nuestros rostros tras el vertiginoso filo del sobresalto perpetuo, ha firmado su propio réquiem. La luz de la aurora resbala por las ventanas hasta acariciarnos los ojos, nuestros pulmones se han inundado de esperanza y la frente del pueblo camina inexpugnable como cañones de Navarone. 

Sin agitación no vendrá a buscarnos la calma, sin preguntas nos aplastará su burdo silencio. Sin ruinas roerán la raíz del alma y elevarán la ronca voz del desprecio. Borremos su sombra cubriendo de nubes el cielo, sonriamos aunque el tiempo amenace temporal, porque esas nieves negras les dejarán de hielo, clavados en el suelo sin consuelo electoral.

La mayor victoria es ver la espalda del que marcha, sus astilladas lanzas en la hoguera en que arderán, el relente en su mirada cubierta de escarcha, la caída del imperio sin efecto bumerán.


martes, 18 de febrero de 2014

Balas blancas

Es martes y...

"Cuando el negro es un hombre es buen momento para el cazador, el blanco se pone nervioso y comienza a llenar el cargador." 

La nueva heroicidad de las fuerzas de seguridad les ha elevado a los altares de la miseria, ahí donde la moral apesta a xenofobia y el respeto desaparece como sus balas en el mar. Después de un intento perverso de ocultar su mezquina actuación, se han coronado escondiendo sus vergüenzas en el abrigo de sus amos. Pobrecitos, solo cumplían ordenes. Es todo lo que podemos esperar de quienes, dicen, actúan en nombre de la legalidad y la defensa del interés común.

Ni siquiera tienen el valor de pararse a pensar un segundo, ni siquiera conocen el valor de una vida. Solo protegen este lado del mundo, curando su llaga con una herida. El estrecho se ha convertido en su nuevo tirapichón, en un campo de prueba balística, pisotean sus miradas de dolor y los niños muertos son solo estadística. Es curioso que esta estrategia de exterminio provenga de los autoproclamados protectores de la vida, mafiosos que acaparan el poder disfrazados de salvapatrias. 

Cada burbuja que brota del mar es una estaca descarriada, una manada de soledad, la levedad de la conciencia humana.

martes, 11 de febrero de 2014

La estrella que más brilla

Es martes y...

No es un martes cualquiera, el sol ha menguado en su color y la luna se ha escondido tras las nubes para suspirar. El silencio rompe esta locura intransitable repleta de amagos y telarañas, mientras acapara palabras que florecen en el lodazal de la vanidad.

Tu recuerdo es la presencia de una sonrisa indeleble, la mirada que limpia las huellas de los cristales, el salvavidas que emerge de donde más cubre, la lumbre incandescente que amanece en los astrales. Beberé del biberón de tus ojos entreabiertos, del libro interminable que caía de tu boca. No habrá día sin manilla que se detenga un momento, ni desaliento fugaz con el disfraz de bicoca.

Ilumina el claroscuro que acaricia el techo de esta cueva, y dime abuelo, tú que estás entre ellas, cuál de todas las estrellas que brillan es la buena.

martes, 4 de febrero de 2014

Ellas

Es martes y...

No es la historia la que niega, son los hombres los que escriben, no es la vida la que ahoga, son las manos del que oprime.

Arrugadas en la espalda del segundo plano, no hubo credo que otorgara el Óscar a la mejor actriz, algunos, ni siquiera, se plantearon entregar el de secundaria. Han sido vilmente acurrucadas por una historia firmada, a puño y letra, con atávica tinta patriarcal y su rancia moralina. Arrinconadas por taxistas del desdén que aparcaron en la segunda fila de la imposición sin intención de arrancar el motor y dejar volar a quien ya sabía hacerlo.

Me declaro el más ignorante entre profetas. Me declaro mudo en un escrito. Me declaro el más inculto del planeta. Me declaro ajeno entre eruditos. Me declaro piedra en el caer. Me declaro segundo en vuestra hora. Pero nadie me ha sabido responder. ¿De dónde nació vuestro Dios? ¿Hacia dónde mira cuando llora?

Desconozco si existe algo más allá, algo invisible entre las sombras. Desconozco si es el sol, si es la lluvia, o son las olas. Desconozco si resurges de entre abrazos entre estrellas. Sólo sé que si eres vida, tienes que ser como ellas.