Cuando ya me daba por amortizado me han obligado a volver. Cuando mis letras se creían en paro, las he rescatado de su nado para renacer.
Despierto y suena otro grito cayendo al vacío, otra patada a las puertas del juicio final. Van difuminando cada sueño que tenías de crío, mientras crecen los billetes de la patronal. Cargan y disparan sin silenciadores, borran los derechos que nunca tuvimos. Y aún así seguimos en la cama con temblores, restos del orgullo de una clase que sí fuimos.
Vamos a retomar una conciencia maltratada. Vamos a caminar con paso fuerte hacia su muro. Vamos a resurgir entre pedazos de la nada. Vamos a deshacer las cadenas de su seguro.
Vamos a volver a respirar huelgas de rabia. Vamos a exigir que se respeten nuestras vidas. Vamos a ondear sobre el Reichstag de su Alemania. Vamos a fruncir el ceño firme como Frida.
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