Es martes y...
Entre lemas de discurso "aburridísimo" y tristes promesas de regeneración. Unos son los que, siempre, han escrito la letra, y los otros los que silban la canción.
La cuenta atrás ya ha comenzado. El caramelo autonómico está tan cerca de sus manos que desordenarán tu paz hasta que pintes la papeleta con su color. Ahora, se trata de buscar acomodo en alguno de los bandos expuestos a concurso, reflexión mediante ante tanto militante.
Los que mandan hacen paseíllo en aperturas. Cortan sonrientes el ribete inaugural. Quieren que olvidemos el precio de la factura, de la pintura gastada en enfangar nuestro mural. Mientras tanto, desde el palco, saludan sus camaradas. Amigos del lado oscuro y de su afán demoledor. Pabellones y circuitos entre dietas y papadas. Disfrazados por los medios de progreso arrollador.
Los buzones reclaman auxilio por ahogo, no soportan tanta tinta tonta en su interior. Se desborda la lengua hendida del demagogo. Ruego, por nosotros, se apiade, el gran prior.
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