Es martes y...
El jefe del Estado, votado por nadie, Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, ha estado paseando barba de tres semanas por Arabia Saudí, blanqueando y riendo las gracias a un régimen criminal. Y por si fuera poco, besando suelo pisado, ha sido acompañado por una delegación gubernamental de primer orden, Ministros incluidos.
Resulta que ser recibido con todos los honores, aceptar distinciones privilegiadas y ser agasajado con un banquete de a más de 10€/kg es una de las funciones que la sacrosanta Constitución tiene reservada al monarca. Todo ello, sin importar quién sea el agasajador ni las barbaridades que cargue a sus espaldas. Por la patria y sus negocios lo que haga falta, por supuesto.
El paseo de Don Felipe, es viaje de protocolo. Es por huir de la gripe y no dejar al país solo. Los amigos del turbante, tampoco son tan malvados. Condecoran con brillantes y cuidan de sus esclavos. Son culturas diferentes, no se puede comparar. En el fondo son buena gente, luego está lo de matar.
Vendemos sangre en bandeja, al sepulturero mayor. Pero paga a tocateja, es una cuestión de amor. Las pedradas y la soga, son para documentales. La mujer y la homofobia, son temas circunstanciales. No obstante, se les advierte, que no se les vaya la mano. Que disimulen un poco eso de los Derechos Humanos.
Sea porque la corona tira al monte o por la connivencia de esta sociedad. Pero hemos diluido el horizonte entre la bruma de la mezquindad.
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