martes, 20 de mayo de 2014

Peligrosos

Es martes y...

Ya somos, oficialmente, el enemigo a eliminar. El objetivo ha pasado de llevar capucha a desenfundar el capuchón. Son los disparos de tinta los que, ahora, perturban su paz y amenazan con causar un daño irreparable. Eso si, la persecución ha decidido escorarse hacia una sola vertiente, será una cuestión de evitar la acumulación de trabajo. Es de suponer que, una vez arrasada esta hectárea, cruzarán la carretera y otearán el horizonte desde el otro lado.

Somos portadores del veneno, malditos provocadores sin escrúpulos. Somos los que avivan el infierno, los adoradores del mal, sus discípulos. Somos los alborotadores, somos los forajidos; la reencarnación de lucifer, con cuernos y rabo incluidos.

Somos la droga que abre los ojos, la que despierta el letargo inducido. Somos la llama de su sonrojo, el rojo que brilla en la piel del huido. Somos la tinta que empapa el papel, la marioneta que ha roto la cuerda. Somos la lengua que reina Babel, el clavel que empuña la mano izquierda. 

La caza de brujas se muestra letal, llega disfraza de sombra macabra. Nos quiere apresar por tenencia ilegal, de esa malvada llamada palabra.

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