Es martes y...
¿Cómo afrontar este duro golpe? ¿Qué vamos a hacer sin ti? ¿Cómo obviar tu gracejo torpe? ¿Y tu estirpe de pitiminí?
Virtuoso parlanchín, sonriente campechano. Fanático bichín, de fiestas de pasamano. Aclamado, con razón, por plebeyos feudatarios. Líder con el corazón, en cruzadas de anticuario. Forjador del buen amigo, en safaris de placer. Pactos que trajo consigo, por señas o en bereber. Bajó el turbante a los ojos, imponiéndose la venda. Prefirió quitar los piojos, al amo de la contienda. El olvido no se olvida, mi querido Don Juan Carlos. Ya acudirá en estampida, el siroco a exterminarlos.
Y, ahora, ¿Qué hacer con el niño? Que se nos ha hecho mayor. ¿Le adecuamos el corpiño, o le damos el anterior? Los puretas, ni lo dudan: "mejor no vas a encontrar". Si preguntas y lo mudan, a saber quién viene a entrar.
Elefantes y elefantas, es la hora de la bocina. Que sienta nuestra garganta, el chico nuevo en la oficina. Que regrese del pasado, la memoria y el deseo. Que esté de moda el morado, y La Zarzuela sea un museo.
Elefantes y elefantas, es la hora de la bocina. Que sienta nuestra garganta, el chico nuevo en la oficina. Que regrese del pasado, la memoria y el deseo. Que esté de moda el morado, y La Zarzuela sea un museo.
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