Es martes y...
"Humano, soy demasiado humano, si fuera un animal sería más honrado. Humano, soy demasiado humano, cómo me arrepiento de haber bajado del árbol".
Fue echar el pie a tierra y comenzar a sospechar, como si el contacto con el suelo hubiera aplacado todo sentimiento de solidaridad. Nos convertimos en escafandras inmunes al afecto, en autómatas programados para uno mismo.
La raigambre de empatía dio paso a una competitividad devoradora, donde los abrazos se convirtieron en leyenda y la paz en utopía. Hemos abandonado todos los valores que el instinto nos había regalado para llenar de vanidad nuestros bolsillos y nuestras cabezas.
Si esto que vivo es el progreso, prefiero regresar al árbol donde tropecé con la felicidad. Si a cada paso que doy me siento preso, en el principio de todo encontraré la claridad.
Manjón, eres muy grande... Gracias por este blog!! Sigue adelante!!
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