martes, 23 de septiembre de 2014

Habrá que someter a referéndum

Es martes y...

"Habrá que someter a referéndum las cartas de los bancos, la tristeza que flota entre los restos del naufragio, las flores de papel y las certezas que arañan la pizarra del pasado".

Habrá que someter a referéndum la hipoteca acartonada del mendigo, los testigos que mastican su ceguera, la tercera que aniquile al enemigo, el castigo atribulado del que espera.

Habrá que someter a referéndum el silencio que apuñala una injusticia, el rencor acumulado de las hadas que aparecen suplicando una caricia, la pericia del que engaña a carcajadas.

Habrá que someter a referéndum el humo del tabaco entre la niebla, el tinte para el pelo de Mariano, el sueño que amanece entre tinieblas del castigo de tu arresto cotidiano.

Habrá que someter a referéndum las porras que acarician al que grita, las lágrimas que envuelven los desahucios, las lenguas que entre el fango resucitan recitando en cada orilla del espacio.

Habrá que someter a referéndum si las leyes no nos dicen lo contrario, si las voces que quieren ser escuchadas no reciben el pavor autoritario, si el que explota nunca entiende de alambradas, si el abuso se combate con palabras, si los muros son recetas de anticuario.

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