Es martes y...
Apareces para derretir la cera que todavía duerme en las pestañas de la creación. Espantas los demonios que sigilosamente se camuflan en la niebla. Apadrinas el mágico parto que anuncia la mutación. Eres el motor que pone en marcha el marchitar de la candela.
Vuelves, sabiendo que volverás a huir cuando el calor te mate. Mueres, porque no hay vida que en tu vientre no resucite. Resucitas, aunque el frío quiera, para siempre, amarte. Amas, como ama quien sabe que no tiene escondite.
Quisiera quererte como la alergia a mis ojos rojos. Quisiera, pero no puedo, olvidar tus arañazos. Quisiera que fueras el último de los desalojos. Quisiera que fueras el primero de los flechazos.
Cúrame los charcos de la acera. Cúrame como si fuera eterno. Cúrame como si en ti creyera. "Primavera ven, y cúrame el invierno".
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