martes, 7 de junio de 2016

La escombrera

Es martes y...

"Se puede engañar a todos algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo".

Estamos inmersos en plena precampaña electoral, que es como la campaña pero sin poder decir "vótame", y el hedor ya se ha hecho insostenible. Buscar o inventarse las vergüenzas del contrincante para tapar las tuyas propias, suele ser algo común y sin ideología, pero algunos se han pasado de rosca. Directamente, se les ha ido de las manos.

Cierto es que una sociedad robada, maltratada y saqueada a plena luz del día, y que vuelve a votar a su verdugo una y otra vez, es una sociedad golosa para difamadores y cuñados profesionales. Sin embargo, el despertador de muchos durmientes ya ha sonado, y el maquillaje de los impostores parece derretirse cómicamente.

No por mucho repetir, se hace verdad la mentira, ni nos ciega el artificio que brilla en sus lentejuelas. No por mucho calumniar, compraran nuestra retina, ni impondrán su foco roto en la querida Venezuela.

Guardianes de los derechos de los pobres que dan votos. Sanadores de tullidos por butacas demoníacas. Enviados al infierno para hacerse un par de fotos. Próxima propuesta seria: mudar el Congreso a Caracas.

Esta es la escombrera que derrapa en la pantalla, esta es su cara de verdad, esta es su verdadera talla.

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