Es martes y...
Esta misma mañana, Mas, Ortega y Rigau han acudido a declarar al Tribunal de Justicia de Catalunya por "el proceso participativo" del 9N. Vamos, que se está juzgando a los responsables de colocar unas urnas para que la gente vote.
Y todo ello, está ocurriendo en un Estado que se denomina demócrata y que presume de ser la nación más antigua de Europa. Curiosa manera de demostrar respeto a su pueblo y de confirmar unas raíces tan ancestrales. Cuando escuchar a los ciudadanos y darles voz se convierte en delito, no es problema del altavoz, es una cuestión de déficit democrático y nula voluntad por revertirlo.
Sinceramente, creo que Artur Mas y compañía, tendrían que haber pisado pasillo de Tribunal mucho antes. La careta de mártir que le ha colocado este proceso, le está sirviendo para salir de rositas del fango de la corrupción. Hace muchos años que Pasqual Maragall dejó caer por el Parlament la jugada del 3% y el mangoneo institucionalizado por el partido de la burguesía catalana. Sin embargo, parece que las mordidas a las arcas se han recogido en el viejo baúl.
Vendría a ser algo así: "Son unos bandidos, pero son nuestros bandidos".
Más urnas sin precintar, menos Mas de superhéroe. Más futuro por pintar, menos trapos por el aire. Más camino de la mano, menos hombros por encima. Más hermanas, más hermanos, menos látigo que oprima.
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