martes, 4 de febrero de 2014

Ellas

Es martes y...

No es la historia la que niega, son los hombres los que escriben, no es la vida la que ahoga, son las manos del que oprime.

Arrugadas en la espalda del segundo plano, no hubo credo que otorgara el Óscar a la mejor actriz, algunos, ni siquiera, se plantearon entregar el de secundaria. Han sido vilmente acurrucadas por una historia firmada, a puño y letra, con atávica tinta patriarcal y su rancia moralina. Arrinconadas por taxistas del desdén que aparcaron en la segunda fila de la imposición sin intención de arrancar el motor y dejar volar a quien ya sabía hacerlo.

Me declaro el más ignorante entre profetas. Me declaro mudo en un escrito. Me declaro el más inculto del planeta. Me declaro ajeno entre eruditos. Me declaro piedra en el caer. Me declaro segundo en vuestra hora. Pero nadie me ha sabido responder. ¿De dónde nació vuestro Dios? ¿Hacia dónde mira cuando llora?

Desconozco si existe algo más allá, algo invisible entre las sombras. Desconozco si es el sol, si es la lluvia, o son las olas. Desconozco si resurges de entre abrazos entre estrellas. Sólo sé que si eres vida, tienes que ser como ellas.



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