Es martes y...
"Duele pensar en quienes de viva voz, desdicen sus gestiones sin dignidad. Ciego el afán, la cordura es la sinrazón, y asumen decisiones de gravedad"
A falta de titulares que llevarnos a la boca, la presidenta del Círculo de Empresarios ha echado su abono natural fuera del tiesto, eso si, rectificando su desatino en cuanto el olor ha inquietado a los vecinos, por educación que no sea.
Parece ser que los jóvenes están parasitando el sistema, haciendo que se tambalee, a base de pensionazas y sueldos astronómicos cuando se encuentran en periodo de prácticas. Así que, en un alarde de clarividencia, ha propuesto a los gerifaltes de esta tropelía que retoquen un par de detalles sin importancia. Por lo visto, la susodicha se conforma con rebajar el salario mínimo, pasando a llamarse salario liliputiense y así nos reímos todos, y abaratar el despido a 18 días por año trabajado. Vamos, que el señor Rosell lleva dos días sin comer por agujetas en el estómago, y dos noches sin dormir, con una migaja de temor a que la presidenta le robe el puesto.
La contundente y esperada respuesta desde el Ejecutivo se ha perdido por el camino. Son los riesgos de compartir colchón, almohada y hasta legañas entre ambas instituciones. Será que sus representados apenas han tenido nada que ver en que el desasosiego carcoma los sueños de los desheredados.
El cerrojo oxidado con su saliva, no encuentra la llave de la quietud. Mientras, marcan con su huella abrasiva, la vida de los rehenes de su invirtud.