Es martes y...
"-¿Usted qué prefiere, ser calvo o gilipollas?
-Yo calvo, que se nota menos".
Nos están tomando por memos. Intentan vendernos como democracia interna y estabilidad del país, un golpe del que Tejero estaría orgulloso. Ya le advirtieron a Pedro Sánchez, hace unos pocos meses, que se cuidara muy mucho de aquellos que tenían el pasado manchado de cal viva y que hicieron "cosas" en el País Vasco. No se trataba de ninguna bravuconada para deleite del graderío, se trataba de conocer al personal.
La vieja guardia liderada por Felipe y secundada por Susana ha puesto en funcionamiento la maquinaria mediática para hacernos creer que ellos son la quintaesencia de la sensatez y el resto unos bandarras. Con el Grupo PRISA dándoles palmaditas en la espalda y haciendo editoriales bochornosas, ya tienen lo que querían, a Mariano protegiendo sus privilegios. De paso, han conseguido que un incompetente político como Sánchez se convierta en mártir. Para no echar gota vaya.
Ya llegan los salvadores a coser los rotos del partido. No se dan cuenta de que ese parche necesita más que hilo. Hace mucho que perdieron la entidad de pueblo llano. Su orgullo se difumina en un pasado muy lejano.
Ya no se habla de tarjetas, ni de estafas, ni de Ritas. Ahora, ganan un escaño por cada caso de corrupción. Que vergüenza, si tuvieran, de llamarse socialistas. Han sido, en su propio muro, bola de demolición.
Lo dicho, yo calvo.
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