viernes, 3 de enero de 2014

Aviones por el cielo

Es martes y...

Nos han robado las fronteras, esas que marcan los acantilados, las montañas que se elevan como si quisieran acariciar la luna y los ríos que parecen mares desde el otro lado. No contentos con levantar muros avergonzados, nos abofetean la cara con orgullo nacional, nos "regalan" un desfile, exhibiendo juguetes que asesinan por la paz, como si fuera lo único que fija su andamio al suelo, la única razón hiriente de celebración.

Cae como un puñal desde el cielo cada procesión de aviones dibujando garabatos, apesta a tragedia medieval cada cuadre militar ante su amo, y suena a sonajero malherido cada aplauso sumiso desde el graderío. Sus banderas nos han tapado el sol, mientras ondean altivas, olvidando que son solo trapos de colores. 

Intentan comprar, con un dinero que no tienen, sentimientos que cotizan a la baja en el mercado de las emociones. Que me disculpen, pero mi país no tiene sombras que protejan mi mirada, ni necesito cañones para regalarte una flor, quiero ser el ancla que aparezca de la nada, y poder llamarte hermano sin importar el color. 

Mientras tanto, espero el referéndum que decida si dejamos de mirarnos el ombligo para volver a mirarnos a los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario