jueves, 2 de enero de 2014

Ley innata

Es martes y...

“Con un ojo abierto y el otro entornao”, así pasan las noches. Duermevelas incansables que no pierden la ocasión de adoctrinar a golpe de ley. No sé cómo conservan inalterables las fuerzas para refrendar su propuesta de todos como yo o todos contra mí. Supongo que la adrenalina de la imposición es más fuerte que la resaca del sueño ligero. 

Ahora, nos ha tocado a todas. No se conforman con ser dueños de sus macetas, también quieren tener bajo control la regadera de la vecina. Se autoproclaman defensores del futuro, arrancando, si es necesario, los ojos al presente, y anhelando ese rancio pasado. Tienen registrada la patente de la moral, y salirse del redil conlleva pagar el peaje de la clandestinidad. Lo más grave, no es que lo piensen, es que hayan llegado a tener la mayoría absoluta para deshacer a su antojo. Ha sido el último hachazo del año, el último golpe frontal al raciocinio. Me niego a pensar que son lo que merecemos. 

No te creas nada de su protección, dicen que es niebla y nos queman la plaza. ¿Ser libre significa no tener opción?, enterremos su discurso y su mordaza.

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