viernes, 3 de enero de 2014

Con los ojos cerrados

Es martes y...

Quizás sea un mal sueño, una tarde vacía o un despertar atormentado. Es más, todavía rezo para que así sea, para que no suene a un tic tac eterno o a un final que nunca acaba.

Quiero creer que no estamos huecos, que no somos autómatas disfrazados de etiqueta. No me resigno al silencio al comprobar que la palabra más escrita no es amor, suspiro, sentir o abrazo. No me resigno al tembleque del alma cada vez que no escucha contigo, reír, amigo o magia. 

Quiero creer en una mirada limpia, en dos labios que no se gritan. Tan solo aspiro a que las epidemias de sonrisas aniquilen a las inventadas por las grandes farmacéuticas, que la crisis del hormigón no endurezca el corazón y que los únicos recortes en educación los hagan los niños en cartulinas.

Quizás sea un mal sueño, una tarde vacía o un despertar atormentado.

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